martes, 20 de febrero de 2007

Polémica por terapias para dejar de ser gay




Polémica por terapias para dejar de ser gay


Corey Larsen pasó años ocultando los sentimientos que tenía, que le hacían sentir atracción por otros hombres. En un primer momento los aceptó, pero luego comenzó a rezar a diario para que desaparecieran.Durante su adolescencia en Clearfield, Utah, Larsen intentó desterrar estos pensamientos. A medida que fue creciendo, sus sentimientos se volvieron cada vez más fuertes aunque lo mismo ocurrió con sus convicciones religiosas como mormón.La contradicción lo atormentaba. Hace varios años ya, Larsen se mudó a Manhattan, en donde es un respetado líder joven de su Iglesia. De todos modos, a puertas cerradas, caía en la desesperación. "O me quedaba en la Iglesia o elegía ese otro camino que golpeaba a mi puerta".En mayo del año pasado, Larsen, de 28 años, comenzó a ver a un terapeuta de Jersey City. Se sumó así a varios otros en Estados Unidos que hacen intentos similares para eliminar sus impulsos gay a través de la terapia o ministerios religiosos dedicados a tal fin. La mayoría de ellos son víctimas de crisis de fe e identidad igualmente angustiantes, a la búsqueda de una salida a través de un tenebroso mundo de intensas disputas y agendas políticas enfrentadas.Los esfuerzos de conservadores religiosos de EE.UU. para "tratar" a la homosexualidad recibieron una nueva atención la semana pasada con la noticia de que el reverendo Ted Haggard, un pastor evangélico despedido de su Iglesia en Colorado en medio de un escándalo sexual gay, se había sometido a tres semanas de terapia y había llegado a la conclusión de que era "totalmente heterosexual".A pesar de que la comunidad científica no puede indicar de forma definitiva qué es lo que determina la orientación sexual —si la naturaleza o la crianza— la mayoría de los profesionales del área de la salud mental rechazan los intentos que se hacen para erradicar los deseos homosexuales o cambiar la orientación sexual de alguien.Los defensores de los derechos de los gays sostienen que todos estos intentos no hacen sino alimentar la homofobia. Y los especialistas en salud mental coinciden en que no existen pruebas de que la terapia de reorientación sexual —como se la suele llamar— funcione realmente. Y agregan que el daño que puede provocar para la autoestima, con depresión y hasta suicidios, está bien documentado. "No existe ningún debate sobre este tema en la profesión", asegura el Dr. Jack Drescher, psiquiatra de Nueva York y ex presidente del Comité sobre Temas de Gays, Lesbianas y Bisexuales en la Asociación Norteamericana de Psiquiatría. Con todo, este tipo de esfuerzos, conocidos comunmente como movimiento "ex gay", se volvieron cada vez más visibles en todo EE.UU., en donde la batalla por los casamientos entre homosexuales y los escándalos sexuales en la Iglesia Católica hicieron que el tema de la homosexualidad estuviera sobre el tapete estos últimos años.Para los judíos existe JONAH —Jews Offering New Alternatives to Homosexuality—, con sede en Jersey City. Tiene grupos de apoyo online y personales para todos aquellos con dudas y organiza fines de semana especiales centrados en dinámica familiar y curación emocional para gente alcanzada por la "atracción por el mismo sexo".

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