lunes, 23 de febrero de 2009

REGIÓN MURCIA

Carmen Ballesta imparte la asignatura de Educación para la Ciudadanía,
en el Instituto de Educación Secundaria Ingeniero de la Cierva, en Patiño. / ISRAEL SÁNCHEZ (AGM)

REGIÓN MURCIA

'La Verdad' asiste a una clase de Educación para la Ciudadanía tras la sentencia del Supremo que impide objetar a esta asignatura

DANIEL LEGUINA MURCIA
Lunes 2 de febrero. Instituto de Educación Secundaria Ingeniero de la Cierva (Patiño). 12.35 horas. Profesora: Carmen Ballesta Andonaegui. Asignatura: Educación para la Ciudadanía.
Unos veinte alumnos de Cuarto de la ESO ocupan sus pupitres. Ballesta: «En unos instantes va a llegar un periodista; está haciendo un reportaje sobre la asignatura. Os recuerdo que el Tribunal Supremo rechazó -el pasado 28 de enero- la objeción de conciencia a Educación para la Ciudadanía, por lo que es ya oficialmente obligatoria para todos los alumnos en todos los centros docentes del país». Entra el reportero, la profesora lo presenta; saluda tímidamente y ocupa un asiento en un extremo del aula, evitando mezclarse con los escolares. Al fin y al cabo es un intruso, piensa.
Comienza el debate. Interviene la estudiante María: «Consideré la posibilidad de objetar junto con mi hermana; mis padres pertenecen a una asociación cristiana y fue un tema que se planteó en mi casa, pero sin ningún tipo de presiones por su parte. Finalmente decidí cursar la asignatura por los valores morales y éticos que transmite».
Habla otra joven: «Antes de comenzar el curso le eché un vistazo al libro (Jóvenes Ciudadan@s. Educación Ético-Cívica, editorial PEARSON Alhambra) y este apartado me llamó la atención: 'Las religiones han sido un elemento fundamental de moralización a lo largo de la historia del hombre. Las morales religiosas propugnan que el ser humano debe ser aquello que la voluntad de Dios, o de los dioses, demanda, y en ello encontrará el hombre su bien y su salvación'»; y concluye: «No estoy de acuerdo porque, como ya estudiamos también el otro día en esta clase, por encima de cualquier moral religiosa está la libertad, y todos somos libres de creer o no».
Turno para Ballesta: «Pero fíjate que cuando se nombra ahí a Dios no se habla de la creencia o no creencia, ni de la conveniencia o no conveniencia de creer en un dios, sino que se analiza cómo se ha justificado el fundamento de las leyes y por qué deben ser acatadas; Dios es una posibilidad, pero si pasas la página ves que también se pueden fundar en la naturaleza del hombre; otra posibilidad es que son producto de la costumbre social. Pero cuidado, es un problema filosófico, no es un ataque a las creencias de las personas, sino que se repasan los pros y los contras de cada posibilidad».
Ballesta cambia de tercio: «El hecho de vivir en una sociedad muy avanzada y democrática nos ofrece la posibilidad de designar a determinadas personas para que hagan uso del poder y la autoridad; son elegidos por la voluntad general, que se expresa en las urnas. A veces, los partidos políticos son maquinarias que funcionan con el principal objetivo de llegar al poder. Educación para la Ciudadanía ha sido utilizada como arma arrojadiza para pelear por el poder político; pero el contexto es más amplio: la Ley del matrimonio homosexual, promovida por el PSOE y una de las más polémicas de los últimos tiempos, ha llegado al extremo de provocar enfrentamientos entre el Gobierno de Zapatero y el PSOE, por un lado, y la Conferencia Episcopal y el PP por el otro. Cualquier norma, para poder ser aprobada, debe someterse a votación en el Congreso. En el caso concreto de la ley del matrimonio entre homosexuales, fue ratificada por un margen de votos muy apretado, lo que evidenció una profunda división social».
«No entiendo cómo a los objetores de Ciudadanía les puede ofender esta asignatura», se escucha desde la tercera fila. «No creo que esto moleste a nadie -dice la profesora-, pero, en cualquier caso, habría que preguntárselo a ellos; no obstante, en medio de todo este juego están también los medios de comunicación».
Interpelación en la bancada: «Pero ellos juegan con sus propios criterios y sus opiniones formadas».
Réplica desde la tarima: «La obligación de un periodista es informar, no opinar. Para hacer juicios de valor están las columnas de opinión; y a partir de ahí, los lectores pueden valorar, juzgar y sacar conclusiones», aclara la docente; y sigue el hilo: «En los países donde no hay libertad de expresión y los medios están controlados por los poderosos, el periodismo es una herramienta más para dominar a la ciudadanía, cuando una de sus atribuciones fundamentales es garantizar la libertad de las personas. En España tenemos la suerte de poder escuchar, entre otras emisoras, la COPE y la SER, y el enfoque que cada una le da a la misma noticia es, en muchos casos, radicalmente distinto».
Ballesta vuelve al tema sobre el que han escuchado la semana anterior una conferencia y pregunta: «¿Qué es la globalización». Varias voces al tiempo: «Es un fenómeno que caracteriza la actual situación de la población mundial en la que todo está interrelacionado en el globo planetario».
-¿Y eso qué quiere decir?
-Que todo está relacionado y que algo que puede suceder en un punto del planeta puede repercutir a miles de kilómetros.
-Bien, repasemos algunas cosas: ¿Cuál de estos factores es característico de la globalización?: 1-La desaparición de los paraísos fiscales; 2-la expansión de las multinacionales; 3-la extensión de la democracia.
-¿Qué es un paraíso fiscal?
-Es un país al que puedes llevar tu dinero y no pagar impuestos. Arantxa Sánchez-Vicario fijó su residencia en Andorra para pagar menos impuestos. Pero volvamos a la pregunta.
-La expansión de las multinacionales.
-¿Estáis de acuerdo?
-No (generalizado).
-Pues esa es la respuesta correcta; de todas formas tenéis la solución en el libro.
Otra pregunta: «La regulación efectiva del comercio global exige, en opinión de algunos expertos, 1-La persistencia de un orden mundial entendido como guerra fría; 2-La necesidad de una autoridad global que establezca requisitos mínimos; 3-El abaratamiento de los costes de producción».
Respuesta general: «La 2, la necesidad de una autoridad global que establece requisitos mínimos». Suena la campana. Fin de la clase

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