jueves, 26 de marzo de 2009

La transexual fue asesinada de un golpe en la cabeza 48 horas antes de ser quemada

Lugar en el que apareció el cuerpo


La transexual fue asesinada de un golpe en la cabeza 48 horas antes de ser quemada

Compañeras de Smail L. la vieron por última vez en una sala de fiestas el domingo de madrugada

Teresa Domínguez, Valencia
Smail L., la transexual marroquí de 36 años hallada muerta el martes por la mañana en Aldaia, fue asesinada de un golpe en la cabeza unas 48 horas antes de que su cuerpo fuese encontrado en un camino de tierra próximo al cementerio nuevo de la citada localidad de l'Horta, según ha podido saber Levante-EMV de fuentes de toda solvencia.
La Guardia Civil trata ahora de averiguar dónde se produjo el crimen y si fue en ese lugar donde fue ocultado el cuerpo durante día y medio antes de ser trasladado a Aldaia y quemado durante la madrugada del martes.
Según el informe preliminar de la autopsia, practicada ayer en el Instituto de Medicina Legal de Valencia, Smail, a quien sus compañeras de trabajo -ejercía la prostitución en las inmediaciones del Hospital la Fe de Valencia- conocían como Cristina, falleció como consecuencia de un único golpe en un lateral de la cabeza. El estudio forense ha servido para desechar la primera impresión de que Smail había sido apuñalada, y las heridas incisas apreciadas en la región abdominal que indujeron a esa sospecha son en realidad cortes típicos de un cuerpo sometido a la acción del fuego.
Además, la necropsia ha permitido establecer que la muerte se produjo 48 horas antes de que el cuerpo fuera quemado, así que el crimen se sitúa en la madrugada o las primeras horas de la mañana del domingo. Varias compañeras de trabajo de Smail explicaron ayer a este diario que "Cristina acabó aquí -la acera de la calle Joaquín Ballester en la que buscan clientes cada noche- sobre la una de la madrugada del domingo y se fue con otra compañera de fiesta".
Las dos transexuales acudieron a una discoteca de la avenida del Cid, donde se encontraron con otra compañera más, precisamente con la que compartía piso la víctima. La primera afirmó ayer a este diario que la vio por última vez "sobre las tres y algo de la mañana, que fue a la hora que yo me fui", mientras que la compañera de piso aseguró haber estado con ella "hasta las cuatro". Aquella noche, Cristina vestía los pantalones vaqueros ajustados y la blusa blanca de volantes que llevaba cuando fue encontrado su cadáver.

Con un objeto contundente
Los agentes del equipo de Homicidios de la Guardia Civil tratan ahora de averiguar qué hizo a partir del momento en que se fue del local, el domingo al alba. La principal hipótesis es que aceptó acompañar a un posible cliente a un piso y que, una vez allí, se produjo una discusión en la que Smail recibió un fortísimo golpe en la cabeza con un objeto contundente.
Cuando el autor del homicidio fue consciente de que la transexual estaba muerta, planificó cómo deshacerse del cadáver.
Para ello, esperó al lunes por la noche -a lo largo del día, la Policía Local pasó por el camino del cementerio y el cuerpo aún no estaba- y, tras cargar el cadáver en un vehículo, lo llevó a Aldaia, lo tiró en el camino, lo roció con gasolina y le prendió fuego.
Los investigadores tomaron declaración el lunes por la noche a varias compañeras de Smail y ayer por la tarde registraron la habitación que la víctima tenía alquilada en el barrio de Tendetes tras obtener una orden del juez del caso, el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Torrent.

Por el momento, no hay detenidos.
"Era buena persona, pero a veces se ponía muy brava"Las compañeras de trabajo de "Cristina" la describen como "una chica muy buena y una gran persona", aunque admiten que "era muy brava, sobre todo si bebía", algo que solía hacer con cierta frecuencia.
De hecho, en diciembre fue detenida tras una bronca con el portero de un "after" de Valencia a quien rompió una botella en la cabeza por echarla del local. Las amigas creen que seguramente se enzarzó en una pelea con un desconocido en la que se llevó la peor parte. Varias de ellas llevaban preocupadas desde el domingo por la noche "porque era muy raro que ella no estuviese aquí, con nosotras. Aún no nos lo podemos creer".

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