viernes, 27 de mayo de 2011

´Un gay de EEUU que haya tenido relaciones después de 1977 no puede donar sangre´

Jay Menitove, director del Banco de Sangre de Kansas City. 


Jay Menitove, director del Community Blood Center (Banco de Sangre) de Kansas City (Misuri), alerta de que los actuales donantes de sangre envejecen y dentro de unos años tendrán necesidades de transfusiones que no se podrán garantizar

El Banco de Sangre de Kansas City que dirige el entrevistado da servicio a tres millones de personas y suministra sangre a 73 hospitales de 70 condados de este Estado del Medio Oeste norteamericano. Un ámbito tres veces superior al de esta comunidad a la que se ha desplazado para dar una serie de charlas al personal de Banc de Sang balear sobre la mejor manera de optimizar el uso de este fluido tan precioso para operaciones, enfermos y todo proceso que implique una pérdida profusa de sangre.

—¿Qué pautas va a dar a los profesionales de baleares para que optimicen el uso dado a la sangre recogida en las donaciones?

—Fundamentalmente, que hay que mejorar la formación de todo el sector sanitario para utilizar más adecuadamente los glóbulos rojos, las plaquetas y el plasma que se recogen en cualquier donación de sangre. Que los médicos tengan un mejor conocimiento de las verdaderas indicaciones de la sangre, a qué nivel de hemorragia es verdaderamente imprescindible hacer una transfusión.

—¿Se está notando en EEUU esa optimización del uso de las donaciones?

—Sí. Con los niveles de donación en mi país, que son un diez por ciento superiores a los de aquí, las reservas son más altas cada día.

—¿Cuántas donaciones anuales se producen en su Banco de Sangre?

—Unas 150.000. (En Balears, el pasado año se produjeron un total de 43.414)

—¿Contribuyen las nuevas técnicas quirúrgicas a minimizar la necesidad de transfusiones?

—Sí. Las técnicas laparoscópicas (mínimamente invasivas, intervenciones que en muchas ocasiones emplean las aberturas naturales del cuerpo) son mucho menos mórbidas, los pacientes necesitan de mucho menos sangre que en una intervención convencional.

—¿Qué diferencias más significativas se dan entre las condiciones para donar sangre en EEUU y en España?

—(Apuntado por el doctor Josep Muncunill, director del Banc de Sang de Balears, presente en la entrevista). En Estados Unidos se puede donar sangre a partir de los 16 años y, desde esa edad, no hay un límite para dejar de dar tu sangre. Aquí sólo se puede donar desde los 18 a los 70 años. Allí hay que pesar un mínimo de unos 53 kilos, aquí más de 50. Allí se recogen quinientos mililitros y aquí 450.

—¿Cuántas veces por año?

—En Norteamérica, tanto los hombres como las mujeres pueden hacerlo un máximo de seis veces al año. En España, las mujeres, por eso de la pérdidas menstruales, sólo pueden donar tres veces al año frente a las cuatro fijadas como máximo para el género masculino. No obstante, ese número de donaciones anuales se revisará en breve para evitar problemas a los donantes como que les baje el nivel de hierro.

—Pese al volumen fijado, ¿cuánta sangre podría donar un ser humano sin poner en peligro su vida?

—El quince por ciento de su sangre o, lo que es lo mismo, 10,5 mililitros por kilo de peso.

—¿Existen algunas restricciones para donar sangre que no se dan en España?

—Sí. Las personas homosexuales que hayan mantenido relaciones de sodomía desde el año 1977 (el año del sida) no pueden donar sangre en el resto de su vida. (Muncunill apunta que la normativa española impide donar sangre si no han trascurrido al menos cuatro meses de una relación sexual, hetero o homosexual, no segura, o el mismo periodo de tiempo si te has hecho un tatuaje o un piercing en un centro no homologado). En Estados Unidos, el periodo de prevención es de doce meses. Y siempre para una relación de riesgo de carácter heterosexual. A los homosexuales activos se les impide donar sangre por el resto de su vida.

—¿Cuál es la explicación?

—(Responde el doctor Muncunill). La mucosa vaginal es como un muro frente al virus del sida,al contrario que la mucosa anal, donde puede prosperar fácilmente. Por ello, dejando de lado las infecciones por compartir jeringuillas durante el consumo de drogas, la prevalencia del sida o de cualquier tipo de hepatitis entre las prostitutas no es mayor que en el resto de la población. Salvo que practiquen sexo anal.

—¿Qué análisis realizan a la sangre recogida para cerciorarse de que es segura?

—Las pruebas del sida, de hepatitis B y C, de sífilis, del virus HTLV, un agente tropical, y del mal de Chagas. Este último a todos los primeros donantes.

—¿Cuál es el perfil medio de un donante en Estados Unidos?

—Varón, casado, con estudios similares a una diplomatura y de clase media-alta, con unos ingresos anuales de unos 80.000 dólares. Por lo general, son gente muy preocupada por su salud. Se cuidan más.

—Aquí se recompensa a los donantes con un bocadillo y un refresco. ¿Qué les dan allí?

—Una galleta y un refresco.

—¿Y no tienen muchos desvanecimientos?

—No. Hacemos campañas en los institutos para que los adolescentes de dieciséis años donen sangre y les recomendamos que antes de hacerlo beban agua y coman algo salado, porque ayuda a aumentar el volumen de la sangre rápidamente. El mayor grupo de riesgo para sufrir desmayos por donar sangre responde al tipo de mujer, dieciséis años y que da su sangre por primera vez. A partir de los 23 años los desvanecimientos disminuyen drásticamente.

—¿Veremos sangre artificial en un futuro próximo?

—Hace treinta años decían que ahora tendríamos este sustituto. Y no creo que dentro de otros treinta esté disponible. Además, apenas duraría 24 horas en el cuerpo.

—Misuri acaba de padecer un tornado que ha causado un centenar de muertos. ¿Cómo ha reaccionado la gente?

—Como suele ser habitual en estos casos, con gran solidaridad. Pese a que pasó a más de 120 millas de Kansas City, en dos días se han duplicado las donaciones.


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