lunes, 24 de noviembre de 2014

Los gais no son bienvenidos en la mezquita

Ander Çetin, representante de la mezquita de Sehitlik (Berlín)







Las presiones obligan a cancelar un encuentro de musulmanes y homosexuales en Berlín

¿Podría un grupo de musulmanes deshacerse de prejuicios y acoger a gais y lesbianas como una muestra de respeto y tolerancia? ¿Y querrían los homosexuales visitar una mezquita para conocer mejor no solo el Islam, sino también a los jóvenes que profesan la fe de Alá? A estas preguntas quiso responder Ander Çetin, el representante de la mezquita de Sehitlik, cuando organizó un acto que debería haberse celebrado hoy lunes. Tras una visita guiada por el lugar de culto frecuentado mayoritariamente por ciudadanos de origen turco, se organizaría un debate donde unos y otros podrían dejar a un lado tabúes y lugares comunes e intentar entenderse. Pero finalmente no va a ser así. Tras las críticas procedentes de Turquía y de los miembros más conservadores de su comunidad, Çetin decidió cancelar la iniciativa.
“Queríamos hacer algo para luchar contra la homofobia entre los musulmanes y contra la islamofobia entre los gais. Pero hubo un malentendido porque algunos creyeron que nuestro objetivo era legitimar la homosexualidad. Por desgracia no hemos podido convencer a nuestros mayores de que no era así. Al final pensamos que sería mejor mantener el encuentro, pero no en la casa de Alá”, explicaba Çetin el pasado viernes, justo en el momento en el que Sehitlik, la mayor mezquita de Berlín, hervía de fieles que tras la plegaria charlaban tranquilamente con un té o un kebab servido en el patio junto al cementerio islámico.
“El lugar de culto se va a llenar de anormales”, protestó un periódico turco
Encuentros parecidos ya se habían producido en el pasado. Pero en esta ocasión la publicidad que se le dio a la iniciativa en los días previos aumentó la presión sobre sus impulsores. “¿Han permitido las autoridades religiosas turcas que anormales homosexuales franqueen las puertas de las mezquitas?”, se preguntaba hace unos días un periódico conservador turco, país que, entre otros gastos, paga el sueldo del imam de Sehitlik.
Es este un momento difícil para la imagen de los musulmanes en Alemania. Las noticias sobre los 550 ciudadanos crecidos en el país que han viajado a Siria o Irak para participar en la yihad de la mano de Estado Islámico estremecen al país. Ayer mismo, el periódico Welt am Sonntag informaba de la muerte de 60 alemanes que luchaban con la organización terrorista. Consciente de la creciente islamofobia que le rodea, Çetin se ha propuesto impulsar iniciativas para mostrar que la mayoría de los musulmanes no tienen nada que ver con los radicales islamistas. Por eso participó en un proyecto para luchar contra el antisemitismo en el que un rabino y un imam hacían visitas conjuntas a escuelas donde había un gran número de alumnos musulmanes. Y por eso se planteó la idea de llevar a los colectivos gais a la mezquita. “El Islam considera pecado los actos homosexuales, al igual que el sexo fuera del matrimonio. Pero eso no quiere decir que no estemos obligados a respetar a todas las personas. Si alguien comete un pecado, es una cuestión de su conciencia personal y de su relación con Dios. Según el Islam, todos somos candidatos al paraíso”, afirma desde su despacho.
Finalmente habrá un encuentro con gais, pero fuera de la mezquita
Bernhard Heider, responsable de Leadership Berlin, la organización corresponsable de la iniciativa, explica que al principio consideró un error cancelar el encuentro en la mezquita, pero que en los últimos días ha cambiado de opinión. “Pensé que tras esta decisión los medios de comunicación incidirían en la idea de que la religión islámica es machista y homófoba. Pero ahora creo que quizás es mejor que este tema no se trate de una forma tan emocional y politizada. Puedo imaginarme que un encuentro de este tipo tampoco sería posible en una iglesia católica de España. Pero creo que constituye una señal positiva el hecho de que los responsables de la mezquita quisieran organizar este encuentro”, asegura Heider.
Los ciudadanos de origen turco —ya tengan la nacionalidad alemana, la turca o ambas— superan los tres millones de personas, y forman la comunidad de procedencia extranjera más numerosa en Alemania. Su importancia demográfica se ha puesto de manifiesto con las visitas que el entonces primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, efectuó a distintas ciudades alemanas antes de la campaña para dar el salto a la presidencia de la República de Turquía.
El plan inicial de Çetin y Leadership Berlin no podrá llevarse a cabo. El encuentro tendrá lugar esta tarde en una Iglesia Evangélica. Ahí podrán intercambiar sus puntos de vista jóvenes musulmanes y miembros de colectivos de gais y lesbianas. “Es un paso importante. Pero todavía hay mucho camino que recorrer”, reconoce Çetin. “Quizás seamos pioneros. Pero estoy convencido de que dentro de unos años será posible celebrar un encuentro de estas características en nuestra mezquita”, concluye.

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