sábado, 13 de febrero de 2016

Maricones, titiriteros y franquistas





Se ha muerto Eusebio en Málaga. Duele cuando se van las personas alegres. Mantuvo la risa incluso cuando le detuvieron en el franquismo por llevar una chaqueta con botonadura dorada por la calle. O sea, por maricón. Y había una ley para hacerlo, que conste. Eusebio Valderrama me preguntaba siempre por mi madre, incluso cuando ella ya no estaba. Le firmaba dedicatorias en sus poemas y sus libros sencillos y populares. Bailarín desde niño, mantuvo el tipito aún octogenario. Pero sobre todo mantuvo la risa. Con su testimonio defendió sus derechos en él y en los demás. Viajó mucho, vivió con plenitud y sonrió cuando el Ayuntamiento le dedicó una calle en el Real de la Feria.
Perseguidos y presos
La Ley de vagos y maleantes por la que se detuvo en dos ocasiones a Eusebio era una Ley de 1933. Llamada popularmente «la gandula», se aprobó por consenso de todos los partidos de la Segunda República para el trato a «mendigos, rufianes sin oficio conocido y proxenetas». En 1954, la reforma de la ley incluyó explícitamente la represión a «los homosexuales». El problema de aquella ley era el carácter preventivo. No sancionaba delitos sino que aplicaba medidas de alejamiento y detención a los posibles delincuentes durante el tiempo que se considerase que persistían las circunstancias propicias para que delinquieran. Las gentes «de mal vivir» o los sin techo de la época, y más tarde los homosexuales, tuvieron motivos probados para mirar a «la gandula» con temor.

Justicia-Libertad
Las personas de orden apelan al imperio de la ley siempre, pero… Recuerdo un librito del profesor Lorca Navarrete cuando era estudiante de Derecho: Justicia-Libertad. Fundamentos filosóficos del Derecho. Decretar prisión incondicional para los titiriteros de ahorcamiento y cachiporra de Madrid asusta, por muy antisistema que sean. Asusta casi tanto como que te detengan por la calle por llevar una chaqueta con botones dorados. Con la diferencia de que a las dictaduras se le combate para la Libertad y al Estado de Derecho se le defiende y reivindica en el uso pleno de la Libertad, amparada por la Ley. Por eso son tan perniciosos para su credibilidad y su fortaleza los excesos de la Autoridad y la utilización de la ley para cometerlos. En este caso la utilización del Código Penal en su artículo 574 que tipifica la figura del enaltecimiento del terrorismo.

Cocodrilo resfriado
Estos titiriteros de la compañía «Títeres de abajo» con sede en Granada ya habían actuado en 2014 en Madrid, en San Isidro, con dos obritas infantiles: Fábula del cocodrilo resfriado y Farsa de la princesa Cursilinda. Lo grave de lo ocurrido con los titiriteros y la representación de su obrita La bruja y don Cristóbal, en este caso, es que la obra no era infantil y se programó como tal. De ahí debieran devenir las responsabilidades pertinentes. Por tanto a nadie hubiese extrañado que la policía les parara el espectáculo, ante las lógicas denuncias de padres y abuelos que miraban espantados el guiñol con sus niños, ni que hasta conocer quién había decidido semejante despropósito se les mantuviera en comisaría.

Titiriteros y etarras
Pero reaccionar como una apisonadora de derechos fundamentales porque en el guiñol salía un cartelillo en el que estaba escrito Alka-ETA (enmarcado en la anticuada y anarca historia que se contaba, no como manifiesto), es una decisión preocupante. Como lo es la utilización política que contra el ayuntamiento de Carmena se está haciendo de la anécdota. Qué hartura de los unos contra los otros... En algún momento parecía que Carmena fomentaba la apología de los miserables etarras. Bastante tiene la alcaldesa con lidiar con las meteduras de pata de algunos de sus propios concejales, incluida la de los guiñoles. Y la de la renovación del callejero de Madrid, con la que se pretende criminalizar como activos franquistas, y quitarles su nombre a algunos rincones de la capital, a personajes como Dalí, Manuel Machado, Gerardo Diego, Josep Pla, etc. Más madera para la locomotora del sectarismo. Más.


Ni Rita…
Y otra sede más del PP, la central de calle Génova en Madrid, es registrada por la Guardia Civil por presunta financiación irregular del partido que gobierna en funciones en España. Reprochaba, y con lógica política, el popular Juanma Moreno a Susana Díaz que con la que está cayendo aquí abajo ella siga protagonizando el juego de tronos del PSOE allí arriba, tras las últimas declaraciones de Felipe González sobre ella en el programa «Y tú qué opinas» de Canal Sur. Pero Díaz (a pesar de la ola de los ERE por la que surfea sin mojarse) le responde preguntándole por el «valiente» y «trilero» Rajoy o por cuál será el próximo registro del PP. Y así no puede hacer oposición ni Rita (la cantaora, no la Barberá)… Porque hoy es sábado.

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